domingo, 27 de noviembre de 2011

Nosotros los buenos, los que solo vemos.


¿Se puede hablar de la sociedad como un cuerpo enfermo a partir de la noción de mirada? ¿Cómo evitamos el sufrimiento que provocan “los malos”?
Según el Dr. Juan-David Nasio, experto en psicoanálisis, no es lo mismo ver que mirar; dice él que la mirada se da en el contexto de la visión, que vemos lo que nos conviene de acuerdo al significado que producen las imágenes en nosotros, que ellas nos atraerán siempre y cuando nuestros deseos sean compatibles con ellas.
De tal asunto me acordé mientras veía las páginas de algunos diarios especializados en notas rojas hace unos días. En mi descargo he de decir que no las veía en vivo y en directo, sino en la pantalla que se utilizaba para ilustrar las ponencias de los expertos en un congreso sobre arte y violencia al que con gusto asistí, no sólo porque es el tema de moda en los museos, sino porque intento demostrar que la mirada no es tan inocente como parece.
El coloquio, dedicado al análisis de los tiempos oscuros que vivimos, abordó la manera en la que algunos artistas retratan la violencia cotidiana, el pesar callejero ocasionado por las bandas de malosos divididos entre narcos, rateros y locos; pero también se habló de la manera en la que, como cómplices, devoramos las imágenes del OTRO destrozado, ese otro que representa al malo o a la desafortunada víctima, ese otro que viene a representar la salvación propia… la de nosotros, los buenos, los que sólo vemos.
Pero ¿qué es lo que estamos viendo cuando le damos gusto al morbo? Vemos desde luego lo que nos ofrecen detalladamente los medios, apreciamos el tamaño, el color, la textura y la apariencia inanimada de los órganos que nos constituyen; los intestinos a flor de piel, los miembros cercenados…las lágrimas de sangre. Le damos un cuerpo a la psique, pero para ello tal parece que necesitamos una especie de diccionario de imágenes 3D, un catálogo que nos represente una realidad muy tangible, no sólo la imaginaria.
De allí que no cualquier imagen satisfaga a cabalidad. Hay un gusto muy característico del que mira desde los paradigmas actuales, y este gusto tiene que ver con la imagen hiperreal, con la veracidad de la figura, con la fiel reproducción de la realidad, con el aspecto detallado.
En consonancia con esto, se comentó que la tradición de los exvotos populares decayó considerablemente, que la imagen pintada con la que se agradecía al santo en la capilla de la iglesia por los favores recibidos haya cedido su lugar al objeto real en el altar: hoy se agradece al santo llevando el yeso con el que sanó la fractura, los implementos que se usaron para la milagrosa curación, el arma que salvó a la víctima. Es como si hoy se pensara de acuerdo a la máxima tomista: “hasta no ver, no creer”. Hemos llegado a tal grado de incredulidad en la realidad imaginada, que necesitamos que la mirada nos compruebe el hecho del que se nos habla.
Los medios nos han acostumbrado a la información visual de una manera despiadada. Paradójicamente, son los mismos medios los que nos hacen dudar al echar mano del photoshop, la edición de imágenes y el fotomontaje cuando de llamar la atención se trata.
Llama la atención que los hechos ocurridos hace unos días nos hayan ofrecido recatadas imágenes de un helicóptero destrozado, imágenes aéreas, desde luego, ningún resto humano se vio. Los cuerpos de los altos funcionarios se respetaron obedeciendo a una moralidad que no opera para la víctima común y corriente. Así como hay una fascinación obsesiva con la sexualidad hiperreal --dicen Baudrillard y Bataille--, la hay con la muerte del otro, sólo que en ocasiones este esteticismo vitalista es sublimado y nuestra vulnerabilidad sólo es mencionada de ladito, en voz baja: a la población no se nos puede mostrar demasiado a veces porque corremos el peligro de asustarnos de a de veras.
El afecto por la imagen del semejante lastimado no es nuevo, hace poco más de 100 años, el gran Guadalupe Posada ya acostumbraba a ilustrar los crímenes del momento en hojas volantes que daban la noticia de manera gráfica y escrita, lo imaginario y lo simbólico se daban la mano para enterar al vivo de que seguía vivo; sin embargo, la mirada del artista ha cambiado y parece que la de todos nosotros también, hoy se hacen visibles los deseos oscuritos que nos habitan de manera atroz, el interés en la entraña propia y la del semejante es inédita. Pero ¿acaso mirar el cuerpo ajeno destrozado es tan malo?
En la historia que nos toca vivir, se dijo repetidamente en tal coloquio, no hay víctimas ni victimarios, sino una participación colectiva de todos en la creación de un panorama violento. Así las cosas, quedémonos con la idea de que cuando vemos no sólo vemos, también estamos produciendo realidad. Al malo le gusta mostrarnos lo que hace. Si no lo complaciéramos con la mirada , otro gallo nos cantaría, ¿no creen?

Maria Helena Noval

martes, 20 de septiembre de 2011

Sofia Vergara, ganadora de la Noche

Definitivamente la mejor vestida de la noche fue nuestra queridisima SOFIA VERGARA, para mi la ganadora del evento, en cuanto a moda se refiere.
Ademas la actriz colombiana de “Modern Family” tiene un cuerpo envidiable.

A pesar de no haber sido la elegida para llevarse el Emmy como Mejor Actriz de Reparto en una serie de comedia, la ex-novia de Luis Miguel, no pasó desapercibida durante la noche de entrega con su vestido Vera Wang y sus aretes de esmeralda de Lorraine Schwartz, que ella misma escogio por ser de origen Colombiano. 

Kate Winslet, quien eligió un diseño del libanés Elie Saab; Katie Holmes, que llegó con un vestido azul de Calvin Klein Collection, Lea Michele, quien se puso un vestido rojo de Marchesa, y Claire Danes, que traía un diseño de la colección Resort 2012 de Oscar de la Renta.

jueves, 26 de agosto de 2010

¡ A vivir en Familia !

Imposible no notarlo. Un viernes por la tarde en un restaurante, una familia convive de la siguiente manera en una mesa cercana a la nuestra: el papá conectado a un Blackberry como si se tratara de una extensión de su mano y fuera un elemento indispensable para comer.
La hija adolescente (de unos 17 años) metida en su mundo con una sonrisa en los labios, enviaba mensajes de texto a dos pulgares desde su celular con asombrosa velocidad; estoy segura de que nunca se percató de la compañía. El niño (de alrededor de 11 años) hipnotizado con su Game Boy, parecía desaparecer del planeta Tierra y transportarse a alguna competencia en un planeta virtual.
Y la mamá, a ratos veía al infinito, hasta que aburrida, se pegaba otro aparato a la oreja y, como el resto de su familia, procuraba conectarse con alguien "allá afuera".
"¡Qué gran comunicación entre ellos!", pensé.
Esta escena es cada día más típica del paisaje urbano. Lo sé porque la he vivido y trato de evitarla. Estar conectados es una adicción tan fuerte que nos hace creer que es un mal necesario. Necesito saber en este instante qué pasa en el resto del mundo: asuntos de trabajo, noticias, redes sociales y demás. Comienza como un inocente pasatiempo, para convertirse paulatinamente en una necesidad y después en una adicción, tal como la nicotina lo es para el fumador.
Sin embargo, esa tarde al ver a la familia, me dieron ganas de sacudir a cada uno de sus integrantes y transmitirles lo que Odín Dupeyrón nos invita a hacer a gritos en cada función de su monólogo teatral¡A vivir! (por cierto una maravilla de obra).
Tú papá: ¡a vivir!, que esos niños que hoy tienes sentados a la mesa, mañana preferirán estar con sus cuates o respectivos novios. ¿Ya sabes qué les inquieta?, ¿con qué sueñan?, ¿qué quieren ser de grandes? Pronto quizá se vayan a estudiar fuera, o decidan irse a vivir solos o a probar suerte con una pareja. La vida se va, se va, se va y se acaba, señores.
Tú mamá: ¡a vivir!,aprovecha esos momentos de oro para platicar con tu familia y comunicarte de corazón a corazón, platícales sobre el libro que estás leyendo, sobre la película que acabas de ver, sobre lo importante que es tener amigos, o bien, sobre lo que más te gusta y te reta de tu trabajo. Platica con ellos como la persona normal que eres, no como ese agente de tránsito que tus hijos a diario ven en ti: "¿A dónde vas?" "¿Con quién vas?" "¿A qué hora llegas?" "¡Qué horas son estas de llegar!" "¿Ya hiciste la tarea?" ¿Crees que con ese nivel de comunicación buscarán estar contigo?
Ustedes niños: ¡a vivir!, que no siempre tendrán a sus papás disponibles y junto a ustedes. ¡Aprovéchenlos! Pregúnten todo lo que les inquieta de la vida, averigüen cómo se conocieron, qué les enamoró del otro, qué peripecias han pasado para tener la casa en la que viven... Investiguen un poco más acerca de la vida de sus abuelos. Les aseguro que no saben casi nada de ellos y que están llenos de anécdotas interesantes y divertidas. Si esto les parece aburrido, entonces platíquenles cómo funcionan las redes sociales y por qué son tan importantes para ustedes.
¡A vivir!, estar conectados quizá nos da la sensación de estar actualizados, tener conocimiento de los hechos y un sentido de pertenencia; pero si bien es una posibilidad maravillosa, todo tiene un tiempo y un lugar. Tener a las personas que quieres junto a ti, es un lujo. Créanme, lo que hoy consideran que será para siempre, no lo es. Cuando se levanten de la mesa, el momento y la oportunidad de comunicarse entre ustedes se habrá ido, ...
¿volverá?....Nadie lo sabe.
Por Gaby Vargas

miércoles, 16 de junio de 2010

No permitas que suceda

Con levísimas variantes ésta ha sido la cantaleta de los más connotados priistas y perredistas de nuestro País. Hoy estamos en la fase final del ciclo foxista- calderonista y podemos afirmar que la mayoría de esos patriotas de opereta que afirmaron con voz emocionada las palabras que acabo de citar hicieron cuanto estuvo en su mano para que le fuera mal al Presidente Fox y le siga yendo mal al Presidente Calderón. Los males que a la patria le han seguido por su conducta saboteadora y estúpida los tienen absolutamente sin cuidado: No tienen patria (ni matria), no la conocen, no la aman y les viene quedando más lejos que Zambia .
Para ellos lo fundamental ha sido demostrar que estos Gobiernos simplemente no han sabido gobernar, aunque bien se han guardado de decir que, tal como se presentaron las circunstancias, con un Legislativo mayoritariamente opositor, toda iniciativa de cambio y de gobierno estaba condenada a fracasar sin la concurrencia y el patriotismo de esta oposición primitiva y dinamitera.
Destaco aquí la condición hipócrita y taimada del PRI que fue el partido directamente agraviado, descobijado y damnificado por el triunfo de Fox.
Olvidamos demasiado rápido, pero yo conservo las imágenes y las palabras de próceres tan señalados como Dulce María Sauri y Roberto Madrazo, tan aparentemente dispuestos a
cooperar y tan íntima y firmemente decididos a hacer tropezar una vez tras otra al nuevo Gobierno.
Estaban y siguen estando en actitud de haber sido directamente ofendidos y despojados.
En su pequeñísima mentalidad existe la convicción de que México es propiedad exclusiva del PRI. Hagan de cuenta que Dios les hubiera concedido una franquicia eterna.
Desde esta percepción elemental y tomando muy en cuenta todas las malas pasiones que tienen uso de suelo en la almeja (despectivo de alma) de un dinopriista pandilla que
tenía secuestrado al País, era indispensable demostrarle a los mexicanos el brutal error que habían cometido al echarlos de tan mala manera de Los Pinos.
Según ellos, esto fue una magna injusticia histórica, un grave error, una radical pifia de la ciudadanía.
Por lo mismo, era prioritario demostrar que sólo el PRI sabe gobernar y consecuentemente, la malagradecida ciudadanía que había cometido la falta casi imperdonable de quitárselo de encima merecía un castigo ejemplar con el fin de que hiciera un acto de contrición, solicitara
piedad y lo trajera de regreso a ese lugar que es suyo y solamente suyo.
En esto ha consistido la gran estafa. Están a punto de salirse con la suya.
A muchísimos ciudadanos ya los han convencido de que sin líderes "morales", como Manlio Fabio, Bartlett, Montiel, Chuayffet, Madrazo, Gamboa Pascoe, Salinas, Palacios Alcocer y demás garrapatas parasitarias, México no puede sobrevivir.
Los razonamientos (es un decir) que los avalan son secreciones cerebrales del tipo de:
Serán rateros, pero saben gobernar.
Serán asesinos, pero mantienen la paz social.
Serán narcopolíticos, pero por lo mismo saben negociar con los cárteles.
Serán malos mexicanos, pero en el mundo globalizado la idea de patria no significa nada.
Todas estas contrahechuras se fabrican desde un terreno mediáticamente preparado y abonado por una taimada campaña que ha insistido en un punto:
Todos hemos querido ayudar a Fox y a Calderón, pero los pobres no tienen operadores ni capacidad de negociación.
Pregunto: ¿Quién puede "operar" con Manlio Fabio, o quién puede negociar y llegar a acuerdos con un traidor de tiempo completo como es Madrazo?
Leer todo esto como una defensa de Fox sería mi fracaso como escritor. Mi pretensión es otra. Lo que quiero decir es que Fox es un ser limitado (al Norte por su falta de oficio e ingenuidad y al Sur por su señora), pero al mismo Cristo resucitado que hubiera llegado a Los Pinos no le hubiera ido mejor rodeado de esa legión de Judas Iscariotes con los que había que lidiar.
El también hubiera sido víctima de la gran estafa. Al final del día, ellos pretenden decirnos que los grandes culpables de 50 millones de pobres son Fox y Calderon, y que ellos, por más que quisieron ayudarlo, no pudieron, pero eso sí, constituyen nuestra gran esperanza.
Lectora, lector querido: ¿Deseas que estos bichos vuelvan a infestar Los Pinos?
Si no es así, comparte éste mensaje a tus conocidos para que lo podamos evitar.

Germán Dehesa

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